Pablo Heras-Casado, insistiendo en el forte, brindó al prólogo de la Tetralogía una versión interesante que inició el esperado despertar del río ejecutado en un tempo lento que fue acelerándose hasta dar en un revuelo del que salieron las voces de las tres náyades guardadoras del tesoro. También se lució el maestro español en la suntuosa escena final con la subida de los dioses al Walhalla. Por lo demás, Heras-Casado mantuvo a los músicos atentos a los cantantes y el nivel de las voces por encima del de la orquesta haciendo posible la comprensión de los textos. En suma, el director granadino introdujo con precisión y calidad su punto de vista sobre esta obra monumental…”
Pablo Heras-Casado y Calixto Bieito, un Wagner excepcional en la ONP