Stuttgarter Nachrichten, Susanne Benda

Mucho do mayor, mucho júbilo.

Pablo Heras-Casado no celebra en el podio un Bruckner de prisas y éxtasis. Más bien, sin batuta, y sintiéndose así muy cerca del sonido, busca conexiones entre los bloques, colores sonoros especiales entre las repeticiones minimalistas pero nunca mecánicas. El director construye cuidadosamente los clímax en el primer movimiento, donde brillan especialmente los metales, y entre medias se centra repetidamente en compases individuales, hasta un pasaje de la trompeta solista, que aquí casi parece balancearse.

 

Südwest Presse, Jürgen Kanold

Muy activo, exigente, lleno de energía. Nada de espectáculo, sino pasión meticulosa, históricamente consciente. Ideal para la 6ª Sinfonía, que avanza rítmicamente desde el primer compás. Sin incienso, sin alharacas eclesiásticas, pero nada de nada. Una hora Bruckner emocionante. Y Heras-Casado también revela estructuras, pintando lírica música de cámara.

 

Online Merker, Alexander Walther

Pablo Heras-Casado, el juicioso director de la SWR Symphonieorchester, resaltó perfectamente la frescura y vitalidad.

A continuación, Heras-Casado ofreció una conmovedora interpretación del solemne Adagio del segundo movimiento, con su escala descendente en fa mayor. La oscura y rica melodía de cuerda reveló secretos aparentemente insondables. La resignación y la melancolía fueron superadas con la intensidad maravillosamente interpretada de la segunda melodía de cuerda.

Pablo Heras-Casado creó el final con su arrollador tema de violín a una velocidad sobrecogedora. Se liberó de su estado de ánimo apagado con una audaz respuesta de fanfarria. Las referencias al primer movimiento tuvieron su eco en las apasionadas melodías de cuerda del segundo.

 

Badische Zeitung, Johannes Adam

Heras-Casado, un ágil director español con un agudo ojo para la expresión, que no se perdió nada ni dejó nada al azar, los expuso. El resultado fue una interpretación pulida, magnífica, entre los polos del énfasis y del idilio. Cuerdas, maderas, metales, timbales: excelentes.

 

Allgemeine Zeitung Mainz-Rheinhessen, Christian Knatz

A esta reivindicación de Bruckner se suma, en la primera parte, la de su sexta sinfonía, considerada una de las mejores. Heras-Casado le da forma con las manos desnudas, sin batuta; impulsos claros y grandes movimientos marcan contornos y agudizan contrastes que tienen la justa medida: expresividad, no efectismo, de eso se trata; también porque la Orquesta Sinfónica de la SWR está en plena forma (…)

En el Adagio, el director dota a la marcha fúnebre de innumerables matices, combinando precisión y elegancia. Las largas líneas se oyen y se ven, sobre todo porque en una pieza de repertorio no es necesario indicar todos los pequeños detalles.

 

Hamburger Abendblatt, Joachim Mischke

Los contrastes de volumen cuidadosamente juzgados, el uso parco del vibrato para evitar sentimentalismos, las sugerencias de tempo muy enérgicas y la voluntad de ser francamente transparente permitieron que emergiera una interpretación de Bruckner muy analíticamente clara y lejos de inclinarse hacia la trascendencia. Pero también implacablemente detallista. Cuanto más profundizaba Heras-Casado en esta sinfonía, dejando que el Adagio respirara ampliamente y manteniendo el Scherzo ligero y aéreo -en dimensiones de Bruckner-, más calma interior llegaba a la tensión inicial. (…) En el final, la orquesta y el director se dejaron llevar cada vez más por la música, llevando los grandes planteamientos al gran final, y ahí estaba de nuevo, la vieja piel de gallina de Bruckner cuando se abren las puertas del cielo.

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