Debut en el Rudolfinum de Praga

«Debut en el Rudolfinum praguense del nuevo fenómeno mediático de la música española: el director de orquesta Pablo Heras-Casado. Lo precedía su fama, su carisma y su ascenso meteórico a la cumbre del mundo musical en los últimos años. Tres conciertos dio con la Filarmónica Checa y en los tres el público llenaba prácticamente la sala. Pero el director granadino no intentó ganárselo con un programa previsible, en clave española. Optó por lo más difícil: dos obras fundamentales del repertorio sinfónico centroeuropeo: el segundo concierto para piano de Brahms y la cuarta sinfonía de Bruckner. Un desafío y una clara afirmación de la forma que tiene Heras de vivir la música: como reto, como aventura. […] Fue una dirección nerviosa, enérgica, llena de acentos, de aristas, con ataques cortantes y notable variedad de fraseo y articulación.»

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