Heras-Casado y el ‘Parsifal’ ideal
13 ago 2024
Scherzo, Justo Romero
Heras-Casado y el ‘Parsifal’ ideal
Volvió Pablo Heras-Casado a triunfar con todas las de la ley en Bayreuth, el santuario wagneriano, donde se ha consolidado como una de las figuras más apreciadas y bendecidas por los miles de fervorosos melómanos que, año tras año, peregrinan a esta localidad bávara, de apenas 75.000 habitantes, en la que el propio Wagner construyó en 1876 un teatro de acústica y características únicas. La atronadora ovación que escuchó el director granadino al irrumpir a saludar al final de la función fue realmente excepcional, incluso en un lugar tan mitómano como Bayreuth. Una ovación quizá solo equiparable a las que en el nuevo Bayreuth escuchaban Barenboim y Levine, y hoy Thielemann o Bichkov De hecho, y ante la perspectiva de dirigir el nuevo Ring de 2028 y otros proyectos en cartera, y su sintonía con Katharina Wagner, Heras-Casado se vislumbra como el heredero natural de Barenboim y Thielemann en el trono hoy vacante de Bayreuth.
El director español ha regresado con la exitosa producción que estrenara el año pasado de Parsifal, el sanctasanctórum wagneriano, firmada escénicamente por Jay Sheib. Oficiada parsimoniosamente, regodeada en sus místicas evoluciones armónicas, en los largos y lentos desarrollos de sus motivos y Leitmotive. Heras-Casado expandió silencios, respiraciones y mesuras fraseológicas hasta donde solo es posible hacerlo en la acústica, compleja pero ideal, de Bayreuth y su foso invisible. También en su silencio único. Versión en la que el tiempo parecía marcar el tempo por sí mismo. Sin prisas ni reloj. El Preludio, la “Música de transformación” del primer acto, o los “Encantamientos de Viernes Santo” en el tercero, fueron episodios sinfónicos de espiritualidad a flor de piel, tan en carne viva como la herida sin fin de Amfortas. Una representación de festival “escénico sacro” cargada de templanza, en la que la portentosa Orquesta de Bayreuth y su legendario coro encontraron la horma de su zapato en las manos sin batuta del maestro granadino.
Las provincias, César Rus
La consagración de Pablo Heras-Casado
Llegar a dirigir en Bayreuth es todo un hito. Muy pocos directores lo consiguen. Pero consolidarse es aún más difícil […]. Por eso, si el año pasado el Festival de Bayreuth estuvo marcado por el debut de Pablo Heras-Casado en la nueva producción de “Parsifal”, este año ha sido, para él, el de su consolidación al repetir título y anunciar que en 2028 dirigirá la nueva producción de “El anillo del nibelungo”. En definitiva, el director granadino es ya uno de los directores de referencia a nivel mundial en repertorio wagneriano y, además, con su brillante carrera está rompiendo fronteras para la dirección española.
El éxito de su “Parsifal” del pasado año fue tan contundente que mereció que la Deutsche Gramophon editase la grabación en vídeo y disco. Este año repitió el éxito, pero un éxito evolucionado. Ahora se escucha una dirección más articulada y amplia sin renunciar a la claridad y nitidez con la que impactó el año pasado. Todo ello unido a la flexibilidad y a ese sentido narrativo que lo caracterizan. El resultado es que consigue de la orquesta y del maravilloso coro, el mejor de los resultados.